CAIXABANK RESEARCH
La industria es uno de los sectores más productivos del país, con el tejido empresarial más rentable (mucho más que los servicios, el campo o la construcción) y que genera más valor añadido. Toda la Unión Europea se comprometió a trabajar para que la industria llegara a suponer un 20% del PIB de todos los estados miembros, pero ese objetivo todavía se presenta muy lejano.
"La industria española se abre paso pese a todos los contratiempos". Esta es una de las principales conclusiones del nuevo Observatorio Sectorial lanzado este sábado por CaixaBank Research, en el que proyecta un crecimiento del 1,8% para la industria manufacturera del país en este ejercicio y un repunte del 2% el próximo año, un dinamismo que vendrá impulsado por las ramas química y farmacéutica.
La industria es uno de los sectores que más ha sufrido en los últimos años. En los posteriores a la crisis financiera fue perdiendo peso paulatinamente en el PIB y en el empleo del país y, tras la irrupción del covid-19, ha sido el sector que más ha tardado en recuperar los niveles previos a la pandemia: según los datos de Contabilidad Nacional Trimestral del INE, no lo ha conseguido hasta el primer trimestre de este año.
"Las disrupciones de suministro de las cadenas de valor global, un fuerte aumento de costes (energéticos y otros insumos), el impacto del aumento de los tipos de interés y la ralentización de la demanda externa" son algunos de los golpes que ha sufrido el sector en 2023, en el que consiguió mantener sus niveles de actividad y empleo, pero sufrió una fuerte caída de las exportaciones, del 7,6% en volumen, lastradas por el encarecimiento de costes y el debilitamiento de la demanda de nuestros socios comerciales.
Las ramas más afectadas por estos problemas fueron la industria agroalimentaria, la extractiva, la auxiliar de construcción, la textil y el calzado, y la papelera y la refinería; pero en los meses recientes los expertos de CaixaBank detectan "una clara mejora" y que "ya no hay ninguna que se encuentre en situación de fuerte debilidad".
En los primeros meses de 2024, la economía en su conjunto muestra signos de mejora. De hecho, Alemania y Francia han adelantado a España en porcentaje de empresas financieramente vulnerables. Según el semáforo de CaixaBank, alrededor de un 60% de los sectores mantienen un crecimiento estable, mientras que el 40% restante aún muestra signos de debilidad. Esta fotografía arroja dos lecturas: la positiva es que no hay ningún sector en situación de 'fuerte debilidad'; la negativa es que tampoco hay ninguno en 'expansión' ni en 'fuerte expansión'.
Si se analiza la situación sector por sector, se observa que la industria química y la farmacéutica son las que registrarán una mayor expansión este ejercicio. Desde la pandemia han experimentado crecimientos muy notables -del 5,3% en 2021; 6,5% en 2022 y 8% en 2023-, y para este año y el siguiente prevén repuntes del 5% en ambos casos. Influye en este dinamismo el incremento de capacidad de producción que se produjo durante la pandemia -de medicamentos, vacunas y material sanitario- y el reaprovechamiento que se ha hecho después de sus infraestructuras, así como su orientación al mercado exterior.
"En los últimos 25 años, la industria farmacéutica ha ganado una enorme relevancia, convirtiéndose en un importante motor de las exportaciones españolas y de la inversión privada en I+D. Su elevada competitividad en los mercados internacionales y su elevado grado de especialización sugieren que el sector tiene margen de crecimiento", apuntan.
LA TEXTIL, EN DIFICULTADES
También presentarán un crecimiento elevado las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y los servicios profesionales, cuyas exportaciones han crecido con fuerza en los últimos años, compensando la debilidad de las exportaciones de bienes y mercancías; el turismo y la construcción.
De vuelta en la industria, la agroalimentaria empezará ahora a recuperar unos niveles de actividad más normalizados después de las caídas de 2022 y 2023, del 19,8% y el 2% respectivamente, gracias a que se han estabilizado los costes de producción (energía, fertilizantes, piensos, etc.).
"Con todo, el sector sigue estando muy afectado por la sequía que padece buena parte del territorio español y su evolución sigue estando altamente supeditada a la mejora de las condiciones meteorológicas y a la capacidad de adaptación del sector al cambio climático. La industria agroalimentaria seguirá una tendencia de recuperación, en consonancia con la evolución de la producción del sector primario y el descenso de los precios de sus insumos", señalan.
Las industrias textil y papelera, por su parte, serás las que presenten mayor debilidad en los próximos ejercicios. No en vano CaixaBank las sitúa en fase de contracción: "presentan unas tendencias seculares menos favorables debido al elevado nivel de competencia internacional y a una presión de costes estructural, con respecto a estos competidores. Aunque estas industrias se beneficiarán de un entorno más estable de precios de la energía, los desafíos estructurales a los que se enfrentan probablemente seguirán limitando su capacidad de crecimiento a nivel agregado".
La industria textil y de calzado ha encadenado cuatro trimestres consecutivos con caída del Valor Añadido Bruto, según el informe, un retroceso que es coherente con el cambio de patrón de consumo que se ha producido tras la pandemia, con una clara preferencia por el consumo de servicios (ocio, restauración, viajes) por encima del de bienes (en el que antes tenía un papel relevante la ropa).